martes, 31 de mayo de 2011

Fin del silencio primaveral

Aunque este año la astenia primaveral me esta afectando menos a nivel físico, se ha manifestado por una inapetencia a escribir en el blog y tomar fotografías, agudizada por mi particular Semana Negra post vacaciones de Semana Santa.

Desde la ultima entrada de mediados de marzo, he estado bastante entretenido tanto a nivel laboral como kayakeando.  El resto del mes de marzo y abril fueron dedicados a mejorar mi técnica en kayak:
  • Fin de semana de tecnificación del PAGAIA el 26 y 27 de marzo en Llança. 
  • Sesiones de piscina los miércoles en Can Felipa con la AGRUPA, para mejorar mi esquimo.  
  • Matinales de entrenamiento en canal olímpico de Castelldefels, los 2 primeros domingos de abril, repasando el temario del BCU 3*.  
  • IV Simposium Internacional PAGAIA en Llança del 16 al 18 de abril.
  • Curso y examen del BCU 3* en Llança del 19 al 21 de abril,  impartido por  Nigel Dennis y Eila Wilkinson. 

IV Simposio Internacional PAGAIA 
Ha sido mi primer simposio,  muy intenso tanto en formación como  gastronomicamente y vida social. Los días del simposio asistí a los siguientes talleres  .
  • Sábado "Resolución de incidencias" con Nigel Dennis y Eila Wilkinson. Estupendo taller sobre: remolcar con cabo corto o largo, asistencia rápida a vuelcos en zonas comprometidas,  desembarco en rocas, reparaciones de emergencia en el agua,  etc.
  • Domingo por la mañana "Expediciones: preparación y cocina" con Fina Vila. Una matinal, relajada a nivel físico, saboreando los magníficos platos y bebidas preparados por Fina.
  • Domingo por la tarde "Técnicas y maniobras" con Nigel Foster; es una delicia verle moverse en  kayak con tanta suavidad y precisión, y un excelente docente.
  • Lunes "Tecnicas con pala groenlandesa" con Jerome Leray. 
Los 3 días siguientes los dedique a la formación y examen del nivel BCU 3*, en los que seguí  mejorando mi técnica un montón con estos magníficos profesores que son Dennis y Eila. (Ayer justamente recibía por correo el certificado oficial).  
Aún me quedaron un par de días para asistir a la semana de paleo, aunque el buen tiempo que había reinado hasta entonces dio paso a una potente "llevantada" que condiciono y redujo las salidas.

Tras esos intensos días de paleo y convivencia, la vuelta de las vacaciones fue mas dura de lo esperado. Ya que, ademas de la vuelta a la rutina laboral, tuve una verdadera Semana Negra: el miércoles se me rompía el coche y el viernes el ordenador de casa, ademas de alguna otra desgracia que no recuerdo.

Tras el abatimiento inicial me puse manos a la obra para, cual ave Fénix, renacer de las cenizas.

Lo primero fue el coche. Tras comprobar que se había roto la dirección del Kia Sportage, decidí que el todoterreno ya había cumplido un buen servicio con sus 190.000 km de carreteras, pistas y fuerapistas; tocando invertir el dinero en renovar mas que en arreglarlo. Aprovechando esta renovación para ajustar las características del nuevo vehículo al kayak:
  • Longitud suficiente , para estar dentro de la legalidad durante el transporte del kayak (la carga solo puede rebasar por la parte de atrás menos de un 15% de la longitud del coche). 
  • Menor altura que el todoterreno, para facilitar la carga del kayak solo y poder dejarlo en el parking sin tener que colocar el kayak boca abajo. 
  • Maletero con gran volumen de carga, para poder llevar todos los cachivaches necesarios. Ya que al llevar el kayak, no podía poner el maletero de techo.
  • Bajo consumo, visto los precios que esta alcanzado el combustible. Esto era fácil viniendo de los 10 litros/100km que tragaba el todoterreno.
Toda esta carta a los reyes parecía imposible de conseguir, mas viendo los precios actuales de los vehículos nuevos. Pero por fin apareció un rayo de sol al final de esa semana de nubarrones. Encontré un chollo, de segunda mano, con las tres B (bueno, bonito y barato), que cumplía con todo lo estipulado.

Así, 15 días mas tarde despedía con un poco de pena el Kia,  fiel compañero de aventuras,  que se iba  hacia el desguace, y recogía con ilusión mi nuevo coche: un Peugeot 407 SW.


¡Que bonito es mi nuevo coche!

Tras el coche, este fin de semana tocaba arreglar el ordenador. Había pasado varios días  intentando recuperar infructuosamente el windows, que se colgaba cada vez mas a menudo con su conocida Blue Screen, presentando síntomas de un ataque de virus que empezaba a transferirse al hardware. Opte por no seguir perdiendo el tiempo, y compré un nuevo disco duro, formatearlo y reinstalar el windows y todos los programas. 
Tras pasar todo el fin de semana, reinstalando todos los programas y configurándolos, parece que ya vuelvo a tener operativo mi ordenador, desde el cual puedo volver a escribir mis entradas al blog.

Salu2,

Evaristo Quiroga