domingo, 19 de junio de 2011

Cap de Creus intensivo

Durante los meses de marzo a mayo he tenido concentrada mi actividad kayakera en este espectacular entorno.

 Allí se han desarrollado las siguientes actividades:
  • Fin de semana de tecnificación del PAGAIA del 26 y 27 de marzo en Llança.
  • IV Simposium Internacional PAGAIA, incluido curso del BCU 3*,  en Llança del 16 al 23 de abril.
  • Salida AGRUPA de Portbou a Cadaquès del 7 al 8 de mayo.
  • Salida PAGAIA de Roses a Cala Joncols del 14 de mayo.

En las dos primeras actividades no pude disfrutar del entorno, ya que estaban dedicadas a la formación  y se vieron concentradas entre el Port de Llança y Cala Garbet. Pero en las dos ultimas navegamos alrededor de la mayoría del Cap de Creus.

El 7 y 8 de mayo tocaba fin de semana de navegación en autonomía desde la frontera francesa hasta Cadaqués con la sección de Caiac de la AEC. Después de tantos días de formación intensiva estaba deseando poder disfrutar del kayak solo como un medio para poder navegar y explorar todos los recodos de esta magnifica costa.

La previsión del tiempo era vientos del sudeste de fuerza 2/4 y con mar de fondo de esa misma dirección, con alguna tormenta por la noche. 

El entorno elegido y el ser la primer salida de la primavera, hizo que fuera una salida numerosa: 19 palistas; aunque algunos solo pudieron asistir a 1 día de navegación. Para algunos era su primera salida de navegación en el mar, pudiendo comprobar como la olas añaden otra dimensión a la navegación placida por los embalses de las aguas continentales.

Contrariamente a lo previsto, iniciamos la salida desde Cala Garbet, al no poder hacerlo desde Colera, donde se están llevando a cabo obras en el puerto y paseo marítimo.

Pusimos rumbo al norte hasta pasada  la frontera francesa. La ligera mar de fondo impedía poder entrar en las cuevas de esta porción de costa, como hicimos el año anterior. 

Decidimos darnos la vuelta, ya que solo quedábamos 6,  el resto previendo una larga jornada de navegación ya habían dado media vuelta antes.  Volvimos a encontrarnos todos para comer en la playa de Canyelles, aunque casi nos los saltamos, ya que al pasar la punta de la Figuera, mirando hacia Llança no veíamos los otros kayaks. Típica llamada con la radio: ¿donde estáis? ¡detrás vuestro! Girando la cabeza vemos que ya habían desembarcado.

Después de comer se intensifico el viento, que complico un poco el tramo entre Llança y Port de la Selva, sobretodo el cruce de la Badia del Port, al canalizarse el viento por el valle y darnos de lado.

A las 16:00 paramos para recuperar fuerzas en Cala Tamariua. Alguno creyó que ya habíamos llegado a nuestro destino de hoy, y empezó a hacer esquimos alegremente mojándose la ropa, ante la mirada incrédula del resto. Tras ellos vimos como se cambiaba de ropa, contento por lograr sus primeros esquimo en mar, tras el curso intensivo en piscina. Entonces alguno le comento: ¡Que haces cambiándote si aún nos queda un 1:30 de navegación hasta al lugar de pernocta! Cambiándole la cara, ante las risas del resto.

Tras una fina lluvia pasajera, reemprendimos la marcha protegidos del viento por la costa acantilada. Cuando llegamos al Golfet, el viento ya había amainado. Tras casi 28 km de navegación llegamos a nuestro destino: la cala Tavallera. Allí pasamos la noche, tras cenar y la sobremesa con el tradicional orujo de hierbas y el cremat.  

Al día siguiente recorrimos el resto de la Mar d'Amunt con una mar plana, entrado en todos los recovecos de esta esplendida costa. Pero unos pescadores de Cala Prona nos confirmaron, que tras pasar el Cap de Creus, tendríamos un poco de "trangol" en la Mar d'Avall.
Así navegando por el Freu de Sa Claveguera, entre el cap y s'Encalladora, ya se podía ver al  fondo el oleaje. Tras salir del freu empezamos a subir y bajar, meneados por la mar de fondo de sudeste de mas de 2 metros, que rebotaba contra el acantilado creando una mar cruzada. Ante estas condiciones nos reagrupamos entorno a los noveles palista de mar, que empezaban a experimentar las diferencias con la navegación por tranquilos embalses.

Para comer pudimos desembarcar en Cala Jugadora, ya que su playa final esta a resguardo del oleaje.
Desde allí pusimos rumbo directamente a la entrada de la Cala de Portlligat, navegando alejados de la costa para evitar la mar cruzada y el estruendo que hacia algunas olas al chocar contra el acantilado, elevándose en tromba hasta mas de 10 metros de altura.

Llegamos y desembarcamos en Portlligat al abrigo del oleaje, protegidos de la mar de fondo por la isla del mismo nombre. Mientras unos recogían y iban en taxi a buscar los coches, algunos intentamos dar la vuelta a la isla, pero el oleaje y las rocas lo impidió en Ses Boquelles. Este segundo día recorrimos  22 km.

En definitiva fue un intenso fin de semana de navegación por un Cap de Creus de paisaje agreste y espectacular, con unas condiciones meteorológicas cambiantes desde mar plana sin viento, hasta fuertes vientos y/o "trangol"; todo un bautismo de mar para algunos.



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El sábado siguiente tocaba la zona sud, de Roses a Joncols, con el club Pagaia. También se reunió una veintena de palistas para la ocasión.

La previsión era una mañana tranquila y soleada, entrando a mediodía la Tramuntana con fuerza 5.

Salimos de la playa de la Almadrava (Canyelles gran), tras el porteo y los ejercicios de calentamiento dirigidos por Domi.

Nos dividimos en dos grupos. Mientras el primero iba recortando la costa, el segundo nos dedicamos a navegar entre las rocas hasta Cala Montjoi, siguiendo la estela de Jose.  Alguno, que estrenaba kayak, se acerco demasiado a ellas y le izo su primera rallada. ¡Como duele!

Nos reagrupamos antes de pasar el Cap Norfeu, donde la tramuntana ya se hizo sentir. Dentro de Cala Joncols estábamos mas protegidos del viento, por lo que aprovechamos para hacer varios ejercicio de rescate, antes de desembarcar para comer.

Mientras comíamos la tramuntana fue en aumento, adelantándose a las previsiones. Previendo que el cruce del cabo seria complicado, a la vuelta salimos agrupados y por parejas para una mayor seguridad. Pero lo peor no fue cruzar Cap Norfeu, sino que al entrar en la Badia de Montjoi notamos toda la potencia y violencia del viento, al ser este una tramuntana amestralada que se canalizaba por el valle. Era problemático cruzar la bahia, por el fuerte viento de costado, por lo que decidimos aproar al viento y llegar hasta la playa.

Una vez desembarcados en Cala Montjoi, el viento seguía con fuerza con perspectivas de reforzarse al cruzar la punta Falconera. Así los responsables de la salida decidieron que la mayoría nos quedáramos en esta cala, mientras 5 de los mas experimentados volverían a la Almadrava a buscar los coches. 

Mientras esperábamos, porteando los kayaks hasta la pista, empezó a diluviar. Por suerte nos pudimos refugiar en el bar cercano, donde la espera se hizo mas corta entre cafés y cervezas.

Al final fueron 17 km de navegación, antes que tuvieramos que acortar la salida.

Esa día el nuevo coche se estrenaba en su función de transportar kayaks. Pero ese día no llevaba mi kayak, ya que había alquilado un  Cetus, para probar sus cualidades en mi búsqueda del kayak de fibra de expedición ideal. Desde el primer momento las sensaciones fueron totalmente distintas a mi querido Laser: era tan maniobrable, que la primera media hora me la pase pegando bandazos de un lado a otro, provocando la sonrisa de Domi. Pero las diferencias fueron mayores cuando se incremento el viento, era mucho mas rápido y ofrecía mucha menos resistencia.




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Resumiendo en estos días de navegación, el Cap de Creus ha mostrado su fuerte carácter voluble, a veces con su cara mas amable y apacible o de pronto empezando a mostrar las uñas, a merced de los caprichos de Eolo y/o Neptuno. Aún así, o quizás por ello,  este territorio agreste y salvaje nos ha cautivado y atrapado en sus redes, por lo que no tardaremos en volver.

Evaristo Quiroga