jueves, 14 de julio de 2011

Isla de Porquerolles y peninsula de Giens

Es nuestra segunda visita a la "Côte d'Azur", tras la visita del año pasado a las Calanques de Marseille y al archipiélago de Riou.  Estas visitas primaverales  se están convirtiendo en toda una clásica anual en la Agrupa, por el buen recuerdo que dejan  los magníficos paisajes y la suerte con la meteo.  



El destino de este año se situaba mas al este, en el municipio de  Hyéres, que destaca por sus islas (Porquerolles, Port Cros y Levant)  y la península de Giens. 

El año 2011 se esta caracterizando por los pocos puentes festivos, concentrando dos de los únicos en el mes de junio. El primero fue dedicado a la salida al País Vasco. Este año escogimos para la salida a la costa azul un puente que no fuera festivo en Francia (24 al 26 de junio 2011), para no sufrir las aglomeraciones  del año pasado en estas localidades turísticas. La planificación inicial de estas salidas de 3 días a la costa azul es: llegar a mediodía al punto de destino, para navegar por la tarde el primer día, todo el día siguiente y por la mañana el ultimo día antes de emprender la vuelta a casa.

Como siempre, la semana anterior a la salida a esta zona me la paso mirando la previsión del tiempo, concretamente la presencia y  intensidad del viento que determina la vida en esa costa: el Mistral. Este fuerte viento canalizado por el valle del Rodano, se desparrama al llegar al mediterráneo, llegando a la costa brava norte como Tramuntana, y afectando a esta zona de la costa azul como viento del noroeste. Como el año anterior, los días previos el Mistral soplaba con fuerza de temporal (6-8Bft). La previsión de este año era que el primer día del puente el viento soplara aún con fuerza 6-8, para amainar por la noche y dejar después 2 días de vientos flojos, inferiores a 2-3Bft.

Esta previsión nos hacia renunciar a navegar por la tarde del primer día, para poder disfrutar después de dos esplendidos días de navegación.  Dada la imposibilidad de navegar el primer día, retrasamos el horario de salida a las 9:00; lo cual fue muy agradecido por  los que querían salir de verbena de San Juan la noche anterior.

Llegamos al camping de la Tour Fondue, en la península de Giens, a las 17:00. Tras instalarnos, fuimos a darnos un baño en la playa cercana, contemplando en el horizonte el destino del día siguiente: las islas de Porquerolles, Grand Ribaud y Petit Ribaud. Las previsiones del tiempo se cumplían, como podíamos comprobar por la gran cantidad de borregos que presentaba el mar. Aprovechamos la tarde para hacer varias tareas de mantenimiento de los kayaks (montaje del timón, reparación de algún casco de fibra, etc) y dar una vuelta turística por lo alrededores.Cenamos y nos acostamos temprano, ya que al día siguiente tendremos diana a las 7:00.

Al hospedarnos en el Camping de la Tour Fondue, nuestra logística de los dos días de navegación se ve simplificada, ya que podemos salir desde una playa cercana situada al este del puerto, sin tener que mover el coche y pagar aparcamiento. Del puerto de la Tour Fondue hay un continuo trajín de barcos hacia las islas, siendo estas uno los puntos mas turísticos de Francia; todo ello a generado un negocio de aparcamientos alrededor del puerto, mas caros cuanto mas cercanos.

De madrugada, cumpliéndose las previsiones,  el viento ceso, dejando una mar plana en la Rade de Pradeau (entre la peninsula de Giens y la isla de Porquerolles). Tras desayunar, con croisanes incluidos, conseguimos estar embarcados a las 8:30. Hoy nos espera un largo día de navegación, con la primera parte del día por la expuesta costa sud de la isla (acantilada y con solo 3 puntos para desembarcar).

Nuestro objetivo es dar la vuelta a la isla de Porquerolles, pero dado el intenso trafico de ferris  entre ella y el puerto de la Tour Fondue decidimos coger una ruta no tan directa, pasando por las islas del Petit y del Grand Ribaud.
 


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Así emprendemos ruta hacia el oeste, pasando, con precaución, por delante la bocana del puerto, desde el cual están saliendo ferris cada mediahora desde las 7:00 de la mañana. Al alcanzar la Pointe de Terre-Rouge enfilamos hacia la isla del Petit Ribaud, que contorneamos por el oeste, para proseguir hacia la isla del Grand Ribaud. La circunvalamos en sentido antihorario, empezando a notar una mar de fondo del oeste, residual del temporal del día anterior. Esta mar de fondo se incrementa en el Petit Passe que separa las islas del Grand Ribaud y Porquerolles. Hacemos la travesía enfilados entre el faro del Grand Ribaud y la boya de Jaune Garde, situada al norte de la isla del Petit Langoustier. Alcanzamos esta ultima isla, navegando al pie su fortaleza (construida por Richelieu en 1635 para controlar el paso y evitar desembarcos en esta parte de la isla), y desde donde acabamos de alcanzar la costa de la isla de Porquerolles.





Tras cruzar el cabo mas occidental de la isla (Pointe Sainte-Anne), empezamos a navegar al pie de los acantilados que constituyen la costa sud, mas expuesta a los temporales y la mar de fondo. Esta costa es agreste y espectacular, batida por la mar de fondo del oeste, incrementada por un ligero viento en contra. Navegamos a paso ligero, ya que queremos recorrer esta expuesta costa sin tardanza; ya tendremos tiempo de vaguear en la apacible costa norte. En el extremo sur de isla, el cabo de Armes, alcanzamos el máximo meneo del día, conjungandose la mar de fondo del oeste con un viento en contra del este que ha refrescado. Tras cruzar el cabo volvemos a estar protegidos de la mar de fondo. Alcanzamos Cale Longue a las 11:00, situada tras la Pointe de l'Oustau de Diéu, donde aprovechamos para desembarcar, picar algo y darnos un baño.


Continuamos hacia el este, aún con viento en contra, empezando a temer que la navegación por la costa oriental sera mas complicada con el viento de costado. Además desde lejos se ve una rompiente cerca de la isleta del Gros Sarranier. Por suerte cuando llegamos allí, hay paso entre la costa y la isleta sin rompiente, y el viento ha amainado. Ponemos rumbo al norte acercándonos al extremo norte de la isla: el Cabo de Mèdes. Al llegar allí vemos que cambia el tipo de roca de filitas a cuarzitas. La geología de la isla, compuesta básicamente por rocas metamórficas, hace que el color de las rocas vaya cambiando a lo largo del recorrido. Contrastando el gris claro del cuarcitas del Cabo de Mèdes con las filitas negras que le siguen, en las cuales se ha creado un magnifico arco navegable.




Acabamos de entrar en la protegido costa norte, con la mar como un plato y un cambio radical de paisaje: los acantilados han dejado su sitio a una costa que desciende suavemente con abundante vegetación arbórea y unas playas  de arena fina y agua esmeralda. También ha hecho su aparición la marabunda de veleros  y motoras ancladas en las bahías, al resguardo del viento y oleaje. Separados por una linea de boyas de las playas y la marabunda de bañistas. Hasta ahora no sabíamos donde se había metido toda la gente que transportaban los ferris.

La civilización también tiene su lado bueno: los chiringuitos playeros. Y en esta isla lo han mejorado un peldaño, y han creado los chiringuitos flotantes móviles. Desde hacia un rato veía una pequeña embarcación de madera arrastrada a lo largo de la playa, dotada de neveras, sombrilla y banderines de una conocida marca de helados. Me acerco con el kayak, y aparco con unas paladas laterales a su costado. Así en esta versión de un MacKayak pedido un refresco, que coloco entre el chaleco y el kayak para poder seguir paleando.





Paramos para comer en una pequeña playa cercana a la Punta de Alicastre. Allí comprobamos que había una gran competencia de chiringuitos playeros móviles. Con un trasien continuo de zodiacs habilitadas, que iban zigzagueando entre los veleros y motoras, al grito de: cerveza, cocacola, helados. Pudimos disfrutar tanto de la cerveza para comer como del café, previo a la buena siesta que nos pegamos.

Reemprendimos nuestra navegación hacia el oeste  atravesando la Rade de Porquerrolles, la parte mas urbanizada de la isla. Con el delicado paso del puerto, por el intenso trafico de embarcaciones. A continuación alcanzamos la Anse du Bon Renaud, cuya playa esta protegida de las medusas por una larga red.

Justo antes de alcanzar el Cap Rousset paramos para darnos un otro buen baño; aprovechando algunos para hacer algunas prácticas de esquimos.

Acabamos de dar la vuelta a la isla, y enfilamos hacia la boya amarilla, intentando ver el pecio (barco hundido) que marcaba la carta náutica. Con posterioridad descubrí por internet que el pecio solo esta a  6 metros bajo la superficie del agua, y era un barco de hormigón. Presuntamente hundido por los alemanes durante la segunda guerra mundial, para romper la ola que se creaba en este lugar, y afectaba la navegación de los barcos.

Sin mas contratiempos seguimos nuestra ruta segura, pasando por las islas del Grand y del Petit Ribaud, para alcanzar a las 19:30 nuestra playa de embarque, al este del puerto de la Tour Fondue. 

Tras recoger todos nuestros bártulos y pegarnos una ducha, nos fuimos a cenar al restaurante del camping, devorando las cazuelas de mejillones, pizzas, doradas y macro ensaladas. A algunos aún les sobraron ganas para pegarse un baño nocturno a la luz de la luna.

El domingo tocaba navegar alrededor de la costa oeste de la península de Giens. Tras descargar los kayaks en la misma playa del día anterior, fuimos a dejar un coche en las cercanías del puerto de la Madrague.

A las 9:00 embarcabamos rumbo al oeste. Atravesamos otra vez el puerto, vigilando el trafico de ferris. El  tramo de costa que sigue es de acantalidado bajo con innumerables pasos entre rocas. Navegamos con mar plana y sin viento, parando en la ultima playa  antes de cruzar la Pointe du Rabat. Allí aprovechamos para comer algo y bañarnos, ya que el tramo siguiente es de altos acantilados sin posibilidad de desembarco.



Tras superar la Pointe de Escampobariou, y antes de alcanzar la Pointe des Chevaliers, nos encontramos con dos cuevas. La segunda, de entrada estrecha y alta, da paso a casi 150 m de galerías y 3 grandes salas; que recorrimos a la luz del frontal de la Rocio, ya que al mio casi no le quedaban pilas.



Estábamos llegando a la punta nordoeste de la península, pero antes de virar hacia el este y palear el ultimo kilómetro del fin de semana, rodeamos la isla Longue. Saboreando los últimos centenares de metros, aún tuvimos otra sorpresa: un grupo de sumarais haciéndose fotos en lo alto de un acantilado. Así llegamos cerca del puerto de la Madrague a las 13:15, con una sonrisa de oreja a oreja y la sensación de haber vivido otro intenso y esplendido dia de kayak en la costa azul.

Mientras unos íbamos a buscar los coches y el remolque al camping, los otros recogían todo y transportaban los kayaks por un angosto camino hasta la carretera. Antes de emprender el viaje de vuelta a BCN, tuvimos tiempo de volver al camping a pegarnos una ducha y empaquetar todo en los maleteros. Llegamos cansados a casa a las 21:00 (sin encontrar ningún atisbo de caravana en la autopista pese a ser vuelta de puente de San Juan), y haciendo ya planes para nuestra próxima visita anual a la costa azul.

Evaristo Quiroga