martes, 15 de marzo de 2011

El oso despierta de su letargo invernal, y estrena pala esquimal.

3 meses de dique seco para mi kayak y su dueño, sin surcar por el agua desde la salida al Ebro y Ametlla-Ampolla de finales de noviembre. 

Ocupado en tierra en diciembre con otras actividades (espeleo) y las fiestas navideñas.

Para en enero, asistir al taller de construcción de palas esquimales, organizado por la Agrupació Excursionista "Catalunya", durante 3 sábados, y varias tardes mas. Excelente taller dirigido por Koe y Santi, con las aportaciones de Javier Knorr y Joan Ramon Pros. El resultado ha sido mi nueva pala esquimal: bonita y reluciente; cuyos primeros golpes me herirán el alma como las primeras rayadas de los esquís, para después pasar a ser una herramienta mas que cumple su función.





Sin tiempo para relajarse, en febrero tocaba curso de esquí de nieves no tratadas (fuera pistas) con el Centre Excursionista de Catalunya. Aún me duelen las piernas, ya que la nieve no fue abundante en diciembre y enero, no pudiendo salir a prepararme físicamente. Fueron 2 fines de semana muy intensos en Baqueira, en que los monitores pusieron todo su empeño en descalabrar nos por fuertes pendientes fuera pista, y hacernos dolorosas hasta las pistas azules.

Por fin, el ultimo fin de semana del mes febrero, tocaba volver a dedicarse al kayak de mar. El sábado, sesión de formación teórica sobre la navegación en kayak en invierno y regiones polares, donde aprendimos los peligros relacionados con el agua fría y como prevenirlos.

Y el domingo, el kayak estaba muy contento ya que volvía a surcar el Mediterráneo. Tocaba estrenar la pala esquimal en Begur. No obstante Eolo tenia ganas de jugar con una tramontana de fuerza 5 con rachas de 7, obligándonos a  hacer las prácticas en el puerto de Fornells, y una vez asimilada las técnicas enseñadas por Joan Ramon, salir por la cala de Aiguablava protegida por el cabo de Begur. Fuera el mar tenia borregos que parecían vacas. Con las explicaciones de Joan Ramon, sobre la técnicas simétrica y  asimétrica, mi adaptación a la pala esquimal fue mucho mas rápida de lo que había creído que me costaría, alcanzado con ella un alto grado de seguridad en los apoyos y ante las grandes ráfagas de viento. Finalizamos la mañana haciendo el aperitivo, contemplando el mar enfurismado desde la terraza de la casa que Toni tiene encima del puerto de Fornells. 

Por ultimo, volvía definitivamente a la rutina kayakera el primer miércoles del mes de marzo, incorporándome a la nueva temporada de sesiones de piscina de la Agrupa en Can Felipa, para desoxidar los esquimos.

Evaristo Quiroga

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