Era mi primera salida como socio del club Pagaia, al que me he apuntado para tener mas oferta de salidas y formación, y conocer a mas entusiastas del kayak y el mar.
Ya desde principios de semana la salida se estaba complicando, ya que los mapas sinopticos y el Windguru anunciaban un temporal de levante para el sábado. El viernes se decidió cambiar la salida al domingo, para disfrutar de mejores condiciones de navegación: mar de fondo de levante con fuerte marejada por la mañana que iría disminuyendo a marejada por la tarde, y viento fuerza 2 que se incrementaría por la tarde a fuerza 4 de sudoeste.
Las previsiones se cumplieron, y el sábado fue un día de perros, con lluvia continua y fuerte temporal marítimo de levante. En cambio el domingo se levanto despejado, y por la autopista del Maresme el mar parecía en calma. Pero al acercarnos a la Costa Brava, cada vez se veían olas mas grandes. Al llegar a la playa de Blanes, se podía observar una fuerte mar de fondo con olas de mas de 2 metros, que rompían en la misma linea de costa, al haber erosionado el temporal parte de la arena, incrementando la pendiente de la playa.
Por suerte habíamos quedado en el puerto de Blanes, desde el que pudimos embarcar sin tener que atravesar la rompiente de buena mañana. Allí nos encontramos Jose, Francesc, Xavier, Artur y yo; también vinieron Jordi y Julia, pero sin kayak, ya que el fuerte oleaje les impidió salir de Sa Caleta de Lloret.
Pasadas las 10:30 salíamos de la protección del puerto de Blanes, y empezábamos a menearnos al son de la mar de fondo de levante, poniendo rumbo nordeste.
Como podéis comprobar en la traza de la ruta, esta vez no fuimos pegados a las rocas pasando por todos los innumerables "freus" de este tramo de Costa Brava, sino manteniendo una respetable distancia, ya que la mar de fondo generaba olas de mas de 2 metros, que rompían violentamente cubriendo los freus completamente.
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Podeies comparar esta ruta con la realizada en el puente del Pilar del 2009, en que entonces no dejamos freus con cabeza, recorriendolos todos (hacer "zoom +" en los mapas para ver con mas detalle la ruta a través de los freus).
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Esta vez no hay fotos, ya que vistas las previsiones de oleaje y viento, me pareció que tendría las dos manos ocupadas en la pala y sin tiempo para hacer un reportaje.
Fuimos recorriendo la costa hasta Lloret, donde algunos ya se estaban meando o fumando encima. El desembarco en la playa de Sa Caleta era un poco complicado, por lo que decimos seguir hacia el norte al puerto de Cala Canyelles. Al llegar allí comprobamos como el mar de fondo de levante estaba rebotando en las rocas, justo delante la bocana del puerto, haciendo peligroso la entrada. En cambio pudimos desembarcar en el extremo norte de la playa.
Tras almorzar y saciar cada uno sus necesidades, volvimos a embarcar. Ya desde la playa se observaba que se había incremento el viento de sudoeste, y al salir de la protección de la cala nos encontramos con un mar cruzado, por la mar de fondo de levante y el oleaje del viento del sud. Tras navegar un cientos de metros por este mar cruzado, y darnos cuenta que nos habíamos dejado el "tuper" con el pastel, dimos media vuelta.
Recogimos el tuper y pusimos rumbo a Sa Caleta, para parar a comer. El desembarco tuvo su gracia, ya que las olas rompían casi en la linea de costa; saldándose el desembarco con un vuelco con esquimo y un revolcon en la arena.
Eran las 14:00 cuando empezamos a comer, en una caleta que estaba muy concurrida de paseantes, atraídos por el sol que contrastaba con el lluvioso día anterior.
Cuarenta minutos mas tarde reemprediamos nuestra navegación. Como siempre fue mas fácil atravesar la rompiente al embarcar que desembarcando. El viento de sudoeste seguía incrementando su fuerza, creando un oleaje cruzado al interferir en la mar de fondo. Así el oleaje se presentaba una gran ola de mar de fondo de 1,5 metros de altura, en cuya cresta se formaban 3 olitas mas pequeñas por el viento. Todo ello suponía un buen balanceo con la cabellera al viento (para los que aún tenéis pelo en la cabeza).
A la altura de la playa de Boadella, Jose nos pregunta como tenemos los rescates, y ni corto ni perezoso vuelca adrede 3 veces para que los novatos podamos practicar nuestras habilidades de rescate en invierno con mar movida.
Mientras estamos entrenidos con estas practicas, el viento se ha incrementado, y nos esta haciendo derivar hacia el norte. Reemprendemos la marcha, con un fuerte viento en contra que nos frena, y que si dejamos de remar nos hace retroceder. A lo lejos se observa como referencia la Punta de S'Agüia, que parece no acercarse, dando la sensación que no avanzamos. Tardamos casi una hora para alcanzar la Punta de Santa Anna, a una velocidad media de solo 1,6 nudos (3Km/hora), aunque estemos paleando fuerte y sin descansos. Un ultimo esfuerzo para rodear el espigón, para tras entrar en puerto poder, por fin, relajar la musculación.
Tras recoger, pudimos por fin disfrutar del pastel y el "vi dolç" que había traído Arthur; para encadenarlo sin solución de continuidad con unas cervezas en una terraza del puerto, comentando la repetición de las jugadas de las 11 millas navegadas (21,5 Km) y haciendo nuevos proyectos.
En resumen, mi primer día de navegación como pagaia fue intenso, con recuerdo muscular para un par de días, y encantado de compartirlo con nuevos compañeros de fatigas (aunque la sarna con gusto no pica).
Evaristo Quiroga
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