miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Donde estan las "minves" de enero?

Para este pasado domingo, estaba programada en el calendario de Caiac-AEC una salida para disfrutar de una placida navegación invernal por la Costa Brava, aprovechando la mar como un plato que se establece con las "Minves" de enero. Pero estas no se presentaron a la cita.

Llevo varias semanas consultando mapas de previsiones del tiempo, preparando el taller de Meteorología Marina del próximo sábado. Viendo pasar por nuestra costa mediterránea un continuo desfile de borrascas atlánticas. Este año aún no se ha instalado sobre la península el potente anticiclón invernal de enero-febrero, que en el interior suele traducirse con inversión térmica:  varios días de intenso frío y nieblas persistentes en las depresiones (Osona, Lleida, etc) y sol en la alta montaña. Mientras en el interior no se ve el sol en varios días, en la costa se produce el fenómeno conocido como las "Minves": una importante bajada del nivel del mar (hasta 60 cm por debajo del nivel normal mareal)  como consecuencia de las altas presiones, que alcanzan su máximo anual en estos meses invernales. Son dias estupendos para navegar por las Costa Brava: la mar como un plato, sin viento, solete y, lo mejor, una gran solitud, que contrasta con la marabunda veraniega de turistas y sus embarcaciones, a los cuales el PER les ha tocado en la tómbola.

Presión Port de la Selva 2008


La semana pasada entre jueves y viernes se presento una pequeña "minva", ocasionada por un pequeño anticiclón, que viajaba de oeste a este entre dos depresiones atlánticas. La previsión era que el tiempo empeorara el fin de semana, con la siguiente borrasca. Por ello adelantamos la salida del domingo al sábado, en el cual reinaría el buen tiempo hasta la hora de comer.

La idea inicial era ir a disfrutar de las "Minves" en alguna costa caliza, como las Islas Medes y el Montgri, donde estas se hacen mas evidentes al quedar al descubierto la entalladura en la roca de la erosión marina, que normalmente esta bajo las aguas. Pero esta costa presenta muy pocas calas donde desembarcar en caso de empeoramiento prematuro del tiempo, y a 3 cuartos de hora de empinada subida de cualquier pista transitable en coche.

Por ello, al final, nos decidimos por navegar por la costa entre Palamós y Calella de Palafrugell, con abundantes calas y playas donde desembarcar en caso de emergencia. 


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A las 10:20 embarcábamos en la playa de Sa Fosca (Palamós) con rumbo nordeste, con la mar plana como un plato, sin viento y un agradable sol invernal. Navegando pegados a la costa para no saltarnos ningún "freu", pasando por cala S'Alguer y las vistosas antiguas casitas de pescadores.

Justo a la entrada de playa Castell, nos cruzamos con una barca de remos con dos pescadores, que ya llevaban recogidos un buen cubo de erizos de mar, gracias a una larga caña de varios metros, con tridente en la punta, y un cubo con fondo de vidrio para ver el fondo del mar. Uno remaba y el otro pescaba los erizos con ese arpón.

Proseguimos hacia el norte pasando por el freu de Punta Castell, entre el acantilado y la Agulla de Castell, para entrar en la cala de Sa Foradada de Castell, y pasar por dentro de este túnel natural.

Seguimos navegando entre rocas y entrado en todas las calas (Corb, Estreta, etc) hasta las 12:30, en que desembarcamos para almorzar en cala Rosal.

Antes de embarcar de nuevo, me estuve peleando con uno de los pedales de mi kayak que no quería ponerse en su posición justa, al final gano el y tuve que mover el otro pedal y el asiento.

Embarcamos con rumbo a las Islas Formigas, saltando hacia ellas desde los Esculls de Cap de Planes. En el freu de las Formigas, de escasa profundidad, se acentuaba la ligera mar de fondo de nordeste, que había ido creciendo paulatinamente durante toda la mañana.

Llegamos a las islas y las rodeamos en sentido horario, pero sin desembarcar por el oleaje que iba en aumento, pero sobre todo por el fuerte olor que desprendía al ingente cantidad de excrementos de las gaviotas y cormoranes que las pueblan.

Tras regresar al continente, emprendimos el retorno, pero sin prisas, disfrutando de la navegación por estos preciosos parajes, y pasando entre todas las rocas que pudimos. Al llegar a Sa Fosca eran las 13:45, decidimos ir hacia el sur hasta cala Margarida. Pero al salir de la protección de la cala de Sa Fosca, empezamos a notar que el mar de fondo iba en aumento, acompañado por un aumento del viento. Así tras visitar el Rec de Fenals, nos volvimos para desembarcar en Sa Fosca.

Mi desembarco fue un poco accidentado, ya que tras alcanzar la playa el primero y quitarme el cubre, una ola traicionera me lleno toda la bañera de agua, antes de que pudiera salir del kayak. El resto desembarcaron con cuidado, ayudados por los que ya lo estaban en tierra firme.

Tras recoger los cachibaches kayakeros, y para concluir apropiadamente una magnifica matinal de kayak, nos fuimos los cuatros (Xavi, Jose, Ramoni y Evaristo) a  reponer fuerzas en el puerto de Palamos, con un arroz de bogavante y varios bichos con concha de primero.

Desde los ventanales del restaurante se iba observando como se cumplían las previsiones meteorológicas, cargándose el cielo de nubarrones e iniciándose una ligera llovizna.


Evaristo Quiroga

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