miércoles, 15 de diciembre de 2010

Kayak invernal en la Llosa del Cavall (19-12-2009)

Navegación entre el hielo y con temperaturas mas propia de otras tierras con latitudes mas cercanas al circulo polar.



A mediados de septiembre Fran hacia la siguiente propuesta en el foro KayakDeMar: II Quedada invernal Llosa del Cavall. La descripción de la salida del 2008, y las fotos de kayaks navegando entre paisajes nevados que la acompañaban, hacian que me fuera imposible no aceptar la invitación.


Ver mapa más grande


Desde mediados de septiembre vengo pensando en esa salida invernal, y como prepararme para ella, dada mi corta experiencia en el mundo del kayak. Desde entonces he salido todos los fines de semana que he podido a kayakear, y he ido completando mi equipo para esa salida invernal. Viniendo del mundo de la montaña, estoy acostumbrado a transitar por ella en invierno caminando, esquiando o bajo tierra, pero no a navegar por aguas gelidas. Por ello consulte todas las fuentes a mi alcance, cuyas conclusiones recogia en la serie de artículos  ¿Cariño que me pongo.... para ir en kayak?, tras el banco de pruebas que fue la salida al embalse del Bolarque por el puente de la Immaculada. Veía esta salida invernal como un test para expediciones a tierras polares, como las planteadas en la sección de la AEC para el verano del 2010 (¿Groenlandia, Islandia o Noruega?)

A principio de semana, Fran cuelga en el foro las previsiones meteorológicas para el sábado: -6ºC de madrugada para ir subiendo hasta los 4ºC a mediodia. A priori me parecieron normal para la época, tratándose de un fondo de valle al pie de la estación de esquí del Port del Comte, a la que suelo acudir varias veces por invierno. Pero al ir avanzando la semana, los medio de comunicación empiezan a hacerse echo de una invasión de aire siberiano que azotara con fríos extremos la península. El lado bueno es que hará un día radiante, el cual debe ser la causa que las temperaturas bajen tanto ya que un cielo cargado evitaría la perdida de calor por radiación.

Parece que la bajada de temperaturas hace que también vaya bajando el numero de asistentes confirmados a la quedada.

Ante las previsiones, la noche anterior preparo el material:
  • Para las actividades pre y post kayak, cojo mi equipo de esqui (anorak y pantalones de gore, chaqueta de forro polar y descansos). 
  • Una muda entera de ropa interior de recambio, por si yo o algún otro se cae al agua.
  • Equipo de emergencia para montar un punto caliente: poncho aluminizado (mucho mas comodo y resistente que una manta aluminizada), juego de velas, mechero, fogón de alcohol solido (esbit), cazuela pequeña de aluminio, dos tazas de plástico plegables y sopas. 
  • Para remar me pondré un añorak y pantalón de kayak estancos con tobillos y puños de latex, una camiseta y pantalon de polipropileno de primera capa  y, dadas las temperaturas tan bajas previstas, una segunda capa formada por un pantalón y una camisa de forro polar.  Como complementos (parezco un anuncio del Tajo Británico): un gorro interior de polar, un gorro exterior de ala ancha impermeable, un buff de forro polar para el cuello, unos guantes viejos de esqui, calcetines interiores, escarpines de neopreno (un numero mas grandes) y botas de agua. 
  • Además como aconsejo Inua en el foro KDM, aislé la bañera del kayak con una colchoneta de camping. 

Con este equipo, esta primera experiencia de kayak invernal fue perfecta, con una temperatura interior agradable y sin sudar. Solo reseñar dos cosas a corregir en el futuro:
  1. Adquirir unas manoplas exteriores impermeables, que eviten que se mojen los guantes de esquí, u otros guantes interiores, por las salpicaduras al palear.
  2. Regular los reposapies del kayak, ya que tenia muy limitado los movimientos de los pies con la colchoneta, las botas de agua, los escarpines y los calcetines interiores. Todo ello hacia que se dificultara la circulación de la sangre hacia los pies. Durante la salida fui sacando los pies de los reposapies en los tramos de navegación mas relajados, para facilitar la circulación de la sangre e evitar que se me enfriaran los pies. La próxima vez regulare los reposapies en 1 o 2 posiciones de la normal, para tener mayor libertad de movimiento de los pies.

La mañana del sábado subiendo hacia Sant Llorenç de Morunys, el termómetro del coche indica los -11ºC entre Cardona y Solsona. Te viene a la mente: ¿Que se me ha perdido a mi aquí, conduciendo, solo y de noche por una carretera de montaña, con el kayak cargado en la vaca? Eso mismo me pregunto el cajero de la gasolinera en la que pare a repostar.




Llego al punto de encuentro, y enseguida empiezan a llegar el resto de asistentes. Al final seremos 7 locos, con sus respectivos kayaks (uno de ellos abierto), los que hemos dicho presente cuando Fran paso lista. La nieve es la única que ha decidido no acompañarnos engalanando el paisaje como hizo el año anterior, pero su primo - el frío intenso- se lo ha tomado a pecho.
 
Decidimos ir a calentarnos con un batido de chocolate caliente a un bar del cercano pueblo, tras lo cual regresamos a los coches para ir hacia el punto de embarque.

Embarcamos desde la rampa que conforma la antigua carretera hundiendose en las aguas del embalse. Este trozo de calzada clausurada,  parte del kilómetro 29,5 de la actual carretera  a Berga (LV-4241). Descargamos los kayaks y preparamos todo el material y ropa con intenso frio, ya que el sol aún estaba bajo escondido tras las montañas. Estábamos deseando empezar a remar para entrar en calor.

La navegación empezó saliendo del brazo del embalse hacia su centro, pasando por debajo del viaducto de la carretera anterior.

 


Giramos hacia el este por el brazo que conforma el valle de Aguas de Valls. Remando ya habíamos entrado en calor, pero el frio seguia siendo intenso, como señalaba el agua que se congelaba en la parte exterior del anorak o encima de la funda estanca del mapa, o incluso creando carámbanos desde objetos dejados en cubierta.




Tuvimos que hacer una parada de emergencia, ya que uno de los componentes del grupo se empezó a sentir mareado por el frío. La causa era unos guantes de neopreno demasiado ajustados, que no dejaban circular la sangre. Tras recuperarse en una orilla, que el sol había empezado a calentar, y cambiando de guantes, pudimos reembarcar y continuar sin mas sobresaltos. 



El sol estaba empezando a hacer su aparición por encima de las lomas de las montañas, calentando el ambiente y creando un ligera neblina encima del agua. Esta neblina daba la falsa impresión que el agua  humeaba de lo caliente que estaba, como si fuera un lago de agua termal. 



Siguiendo hacia el este, el valle se estrecha y se vuelve mas sombrío, con la vegetación recubierta de escarcha y hielo, denotando que no debe tocarle el sol en todo el día. 


Esa hipótesis se confirma a continuación, cuando tras un recodo, vemos que la superficie del agua se ha congelado. Seguimos avanzando rompiendo el hielo con la proa de nuestros kayaks y las palas. Tienes la sensación de ser un rompehielos rusos abriendo el paso del Gran Norte. El avance es cada vez mas difícil, ya que la capa de hielo llega a alcanzar los 2 a 3 cm de espesor; tienes que hundir con fuerza la pala para romper el hielo, pero sin pasarte de fuerza para no volcar. Al final desistimos de continuar avanzando, teniendo que regresar marcha atrás por el canal creado. En ese punto el hielo puede que alcanzara el espesor mínimo para ser patinado: 4cm.



Tras abandonar el congelador del brazo de Aigua de Valls, pusimos rumbo al sur en busca del sol y sus rayos para calentarnos. Pasamos bajo el viaducto de la carretera de Solsona, visitando a continuación las crestas de la Sobirana, y navegando al pie del Santuario de Lord.

Habíamos llegado a la zona mas ancha del embalse, justo en el momento en que Eolo estaba soplando con fuerza de sur, canalizado por las abruptas pendientes de este valle norte-sud. Con nuestro avance dificultado por ese viento, buscábamos resguardo costeando lo mas posible.

Paramos para comer en una orilla soleada, al pie de Santa Eulàlia de Posada.

 


Seguimos nuestra navegación, visitando la Rasa de Torroella (un barranco muy recorrido por los barranqueros antes de ser anegado por las aguas) hasta donde pudieron nuestros kayaks.



El ultimo brazo de la orilla derecha del embalse antes de la presa se adentra en la Rasa de Vilamala. Navegamos por una zona umbría, donde no llegaban los rayos del sol, bajando nuevamente la temperatura ambiental por debajo de los 0ºC, como atestiguaba la congelación de las gotas de agua encima de la funda estanca del mapa.

Como la cabra tira para el monte, al final del tramo navegable de la rasa encontré una pequeña cueva donde entrar con mi kayak.

 


El retorno fue bastante rápido, con incluso algun tramo al sprint (¡como se notaba quien llevaba timón y quien no!). Queríamos desembarcar y recoger antes de la puesta de sol, ya que las previsiones eran que la ola de frío alcanzaría su cenit esa noche. Lo cual hacia presagiar un desplome de las temperaturas cuando el sol desapareciera tras las montañas, alcanzando el termómetro valores inferiores a los vividos por la mañana.

Los integrantes de este grupo heterogéneo procedentes desde el Maresme a las tierras del Ebro fueron: Fran, Carlos, Lluis, Ramon, Eduard, Jordi y Evaristo. Aquí nos tenéis bien tapados para la foto de grupo, en que apenas se nos reconoce.



Podéis ver unas cuantas fotos mas de Carlos y Fran: 
Fotos de Carlos y Fotos de Fran

Yo no pude hacer fotos, ya que me deje en casa la cámara, y el reloj,  y .... ,mas importante,  ¡los bocadillos!

También podeis leer la crónica de Fran de la quedada.

Evaristo Quiroga 
(fotos de Carlos Elias Barro y Fran Izquierdo)


P.D: Relato dedicado a la Ali, que espero que haya podido leer hasta aqui sin sufrir sintomas de congelación. 

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